Iván Blaya Giménez
La película que se ha montado alrededor de la situación provocada por el Covid-19, no hubiese sido ni imaginada por los mejores directores cine y guionistas de género conspiratorio.
Una situación que ha cambiado el normal funcionamiento de varios países, obligando a sus ciudadanos a reinventarse y adaptarse a las nuevas condiciones de todos los ámbitos de la vida. Uno de los mayores retos a los que nos ha tocado enfrentarnos, es la adaptación del sistema educativo clásico y presencial, a la docencia online; un cambio para el que no estaba preparado ni los sistemas de educación, ni mucho menos profesores y alumnos. Pero que, a pesar del suspense que se originó al principio, se ha saldado de manera más que considerable teniendo en cuenta el cambio tan drástico al que nos hemos visto sometidos.
A título personal, la verdad que me ha sido difícil adaptarme a este modelo, especialmente con esta asignatura por la cantidad de películas que había que ver, ya que una vez me fui de Segovia, en mi casa no tenía internet y tenía que compaginar mis tareas de la universidad con el trabajo en el campo, lo que me ha tenido bastante estresado este tiempo. Aunque agradezco la compresión del profesorado con mi situación y las facilidades que me ha dado algunos de ellos como Azucena.
En cuanto a esta asignatura, a pesar de la carga lectiva semanal que supone seguirla por evaluación continua, ha sido una de las pocas asignaturas a lo largo de la carrera que te aporta criterios para ver el mundo de manera diferente y ser crítico con la cultura que nos rodea. Si la educación en estos valores, se lleva a cabo a base de visionados de películas y lecturas constructivas que tratan temas tabúes, desde una mirada crítica; en vez de a base de abundante temario clásico, la enseñanza sales más que reforzada.
Uno de los aspectos que quiero incluir en esta reflexión, es el cambio que ha provocado en mi manera de pensar el cursar la carrera de Publicidad y RRPP. Es cierto que durante estos cuatro años hemos experimentado muchos momentos en nuestra vida que nos han dado una madurez personal y han contribuido a la construcción de nuestra identidad y manera de pensar. Pero durante ellos y gracias a la carrera me he dado cuenta a los intereses que sirve la publicidad y el mundo laboral al que nos enfrentamos. Haciéndome reflexionar de si de verdad quiero formar parte de él para servir y contribuir a reproducir un sistema de excesos y apariencias como el capitalista.
Rafa Montojo Sánchez
Como si de una película de ciencia ficción se tratase ha sido nuestros últimos meses.
Lo cierto es que ha sido una situación muy difícil para absolutamente todos, pero creo que lo hemos superado con creces. Esta prueba que nos ha puesto la vida ha servido no solamente para creer más en nosotros mismos, si no, para creer también en las personas que nos rodean y darnos cuenta de que poniendo un poco de nuestra parte, somos capaces de superar barreras, que antes eran impensables superar, para poder nadar todos en una misma dirección; La vida.
Otro de los temas que me gustaría tratar en esta última reflexión es la libertad. No hemos sido conscientes de lo libres que éramos antes de que todo cambiase y de cómo a partir de ahora vamos a apreciar la libertad de hacer o decir lo que queramos sin ser juzgados.
Me gustaría pensar que lo seguiremos valorando durante mucho tiempo y que lo extrapolaremos a luchar por la libertad y los derechos de gente que no tiene la misma suerte que nosotros y no pueden decidir por ellos mismos, no porque no puedan, simplemente porque no les dejan.
Debemos continuar con esta marea de solidaridad que hemos creado y no dejar que quede solo en lo que hemos hecho hasta ahora y continuar con el individualismo del que veníamos.
Personalmente sigo sorprendido por ver como personas que conozco se han volcado por la causa y se han ofrecido para ayudar absolutamente en todo.
En cuanto a los estudios que cursamos, nos hemos adaptado a un sistema que ni por lo más remoto podríamos pensar que fuese tan efectivo como ha resultado ser, y es que si algo hemos aprendido con todo lo ocurrido es que hay que saber adaptarse y reinventarse.
Parece sencillo, pero en verdad no lo ha sido, ya que las situaciones de todos nosotros han sido muy diferentes y si a partir de ahora va a tener que ser así, confío en que los docentes no dejareis de ofrecer una educación con la calidad que hemos tenido hasta ahora.
Desde luego que esta asignatura nos ha servido para ser críticos con un montón de temas que en un principio pueden parecer tabú. ¿Por qué no vamos a poder hablar con claridad de cualquier asunto o problema que nos afecte?
Creo que deberíamos sentir orgullosos en este grupo después del trabajo realizado y de la fuente de información que hemos creado tratando temas muy variados y haciéndolo desde el respeto y nuestras propias opiniones, que son subjetivas, pero que hemos procurado sean nuestras y claras.
Álvaro Muñoz Jiménez
Si tuviese que escoger una palabra para definir todos estos
meses de trabajo para el blog, sería sin duda PACIENCIA, todo debido al virus que
ha venido en forma de pandemia y que ha venido para quedarse, arrebatándonos a
mis compañeros y a mí el fin de curso y de grado de forma imprevista.
En estos últimos meses de trabajo, hemos tenido que
involucrarnos todos de manera excepcional en cuanto a todos los aspectos
posibles, como el no poder salir de casa, el tener que tener clase y realizar
los diferentes tipos de trabajos vía telemática, etc.
No obstante, esto ha influido también en nuestra forma de
pensar, y es posible que ese cambio esté reflejado en nuestros párrafos en Las
palabras del séptimo vicio. Ante esta dificultad hemos mostrado una actitud de
frente, positiva y a la vez siendo consecuente de todo lo que nos rodea, como
los aplausos a las 20:00 en los balcones y terrazas, cambiando más adelante por
las caceroladas, incluso viendo en las últimas semanas del mes de mayo algunas
manifestaciones con enfrentamientos a causa de la división del pueblo.
Uno de estos últimos días de mayo iba con mi bicicleta por
el paseo marítimo, y de repente salió sin esperarla la cacerolada de las 21:00,
todos los que íbamos en bicicleta como un banco de peces suavizamos el ritmo
para contemplar tal espectáculo entre los distintos bloques de vecinos, y es
ahí cuando me di cuenta que, aunque alabase ese gesto o no, yo ya pertenecía a
un movimiento o hecho histórico como es el virus de esta pandemia.
Nunca me hubiese imaginado que sería parte de un movimiento
histórico como este, que en un futuro quizás pueda aparecer en los libros de
historia del instituto como los demás temas que estudiamos de pequeños, quien
hubiese pensado que todo esto ocurriría y de esta manera tan impredecible.
Dicen que siempre hay que intentar sacar el lado positivo a
las cosas malas, si es así, me retrato con el pensamiento de que en estos
cuatro años de formación ha ido cambiado mi manera de ver las cosas, a la hora
de interpretar el arte, seguramente me ha hecho escribir este blog
reflexionando y profundizando a mi manera más personal, siendo más objetivo que
nunca, y creo que con este final debido al Covid-19 podría haberme ayudado a
conseguir esa culminación perceptiva de todo lo que nos rodea.
Raúl Portero Lozano
En el reloj de la vida son las actúa en punto. Es necesario hacer, hacer y volver hacer para ponernos en marcha. Continuamos siendo un mundo que se está poniendo en marcha y nosotros como individuos también tenemos que hacerlo. Trabajar, indagar, echar horas en lo que te gusta y apasiona para progresar y conseguir una madurez lo más temprana posible.
Este año para mí ha sido un descubrimiento total, tanto en lo personal como en lo profesional. Uno de estos grandes descubrimientos ha sido esta asignatura, que dentro de la discrepancia en qué año del Grado sería mejor cursarla, me parece muy necesaria para obtener el título, más bien para acabar una carrera redonda.
La cultura es nuestro motor de vida, en una redacción de filosofía en la que se me pedía hacer una relación entre naturaleza y cultura, recuerdo que dije así algo como: "las dos hay que salvaguardarlas de la extinción, porque sí, la cultura también puede extinguirse y agotar sus recursos".
Una cultura que además creo que debe basarse en el respeto entre sus diferentes aplicaciones y actuaciones. Ninguna cultura puede creerse estar por encima de otra ni mucho menos ser más legitima que la otra. La cultura no puede entrar en ese juego de "luchas de culturas" porque ni la mía es mejor por tener más antigüedad, ni la mía superior a la tuya por ser más moderna y estar de moda.
Lo que sí debe de surgir de la cultura es el debate por mejorar y por qué el concepto de cultura avance a una solidez social importante. Que la cultura llegue a todos por igual y que esta resulte atractiva para la sociedad, que no la deteste. El culmen podría tratarse de hacer que cada individuo cree una capacidad crítica en su nicho de pensamiento personal que haga que la confrontación libre y moderada hagan avanzar a las sociedades.
No quiero irme por la filosofía, que empiezo y no paro. La asignatura como digo me ha parecido absolutamente necesaria entre otras cosas por las dos razones que he descrito: por la necesidad cultural que tiene la sociedad y por la capacidad crítica que ha generado en el individuo. Cada clase era una oportunidad nueva de progresar intelectual y personalmente y eso es de agradecer. Lejos quedan los libros y apuntes herméticos que un sistema educativo erróneo se empeña en seguir usando.
Me sumo a mi compañero Álvaro en que hay que hacer de tripas corazón y sacar el lado positivo de las cosas, por muy duras y difíciles que vengan dadas. Me queda la espinita de haber dado esta asignatura en clase con el fragor de vernos las caras y debatir en persona, pero aun así ha sido muy positivo. Ningún virus podrá con la cultura ni con la libertad de las personas.
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