Película basada en la novela de George Orwell 1984, una adaptación cinematográfica que consideramos que no hace justicia a su obra literaria, cuya trama se centra en un gobierno totalitario en el país de Oceanía, los protagonistas Winston Smith interpretado por John Hurt y Julia, su amante interpretada por Suzanna Hamilton viven un romance a escondidas totalmente prohibido por el régimen impuesto en la sociedad. La principal función del Gobierno es controlar a toda la sociedad mediante una vigilancia extrema adentrándose en los pensamientos de las personas, en el momento que una persona no piense como el resto, será detenida por la policía del pensamiento y será torturada con el propio miedo de cada persona, como es el caso de Winston a quién le da pánico las ratas.
Orwell convierte su novela en un emblema que cala en profundidad en el Siglo XX, haciendo reflexión en dictaduras como la de Franco en España y la de Stalin en la antigua URRS.
Podríamos abrir un debate muy extenso acerca de esta novela, si la llevamos a la vida cotidiana y real comparándola con momentos históricos vividos en nuestro planeta. No obstante, nos vamos a centrar en la actualidad, dentro de la situación del virus covid-19 y en como nuestro propio Gobierno y los demás partidos tanto socios como la oposición han jugado sus cartas para apelar el voto ciudadano o más bien controlar el voto ciudadano.
Últimamente en los países desarrollados, en concreto España, con la era de las últimas tecnologías, gracias a internet y las redes sociales estamos teniendo serios problemas con las noticias falsas o bulos, que son promovidos incluso por los mismos partidos políticos que nos representan en el Congreso de los Diputados. A la incógnita que queremos llegar es que no hace falta estar en una dictadura o régimen totalitario como en la novela describe Orwell, sino que a medida que hemos evolucionado han ido naciendo nuevos conceptos y trampas para que sigamos estando controlados sin nosotros darnos cuenta de tal hecho. Eso sí, corroboramos que todo este control está mentalizado de forma indirecta y que existe la forma de no estar controlados si no queremos, debido a que no nos obligan a tener redes sociales.
Haciendo mención a Doña Tecla González, profesora de Sistemas de Información y Comunicación, y nos recalcaba a los alumnos desde la primera toma de contacto en clase que internet y las redes sociales solo nos controlaban si nosotros queríamos.
Es sin duda una batalla muy difícil de ganar, debido a que los bulos interpelan en nuestras emociones, y se hacen para que leamos noticias que no nos esperamos leer y nos crean un sentimiento de crispación y odio hacía el sujeto protagonista de esa noticia falsa. Por esa misma razón en España se están tomando medidas cautelares para identificar las cuentas antes de entrar en acción y de sanción para quien participe en la propagación de este virus informático social.
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