En Blade Runner (1982) es llamativo ver cómo Ridley Scott esperaba que fuese el año 2019, lo que no sabía éste renombrado director de cine es que, en muchos aspectos, en 1982 estaban más avanzados de lo que estamos ahora mismo.
La idea de unos seres creados artificialmente que tienen que ser programados con una obsolescencia de 4 años para evitar que aprendan más que sus propios creadores, parece efectivamente sacado de una película de ciencia ficción, pero lo cierto es que a día de hoy ya existe la inteligencia artificial, la cual va aprendiendo según las experiencias a las que se le exponen.
El ejemplo más claro que tenemos es Siri, un bot autómata capaz de acceder a casi cualquier contenido de Internet o de nuestro propio teléfono móvil, además de encontrarse las 24 horas del día preparado para una orden, por lo tanto, es capaz de escuchar una conversación o de registrar una búsqueda, siendo capaz de intuir nuestros gustos o aficiones.
Y es que estamos seguros de que a casi todo el mundo les ha pasado eso de hablar con un
amigo sobre un producto que te gusta y poco después ver publicidad de ese mismo producto en nuestras redes sociales o nuestras búsquedas.
Da un poco de vértigo saber los qué pueden hacer con nosotros estas grandes compañías y como ya en 1982 eran capaces de intuirlo. Invitamos a nuestros compañeros a reflexionar sobre si la tecnología que nos rodea es tan idílica como pensamos.
La idea de unos seres creados artificialmente que tienen que ser programados con una obsolescencia de 4 años para evitar que aprendan más que sus propios creadores, parece efectivamente sacado de una película de ciencia ficción, pero lo cierto es que a día de hoy ya existe la inteligencia artificial, la cual va aprendiendo según las experiencias a las que se le exponen.
El ejemplo más claro que tenemos es Siri, un bot autómata capaz de acceder a casi cualquier contenido de Internet o de nuestro propio teléfono móvil, además de encontrarse las 24 horas del día preparado para una orden, por lo tanto, es capaz de escuchar una conversación o de registrar una búsqueda, siendo capaz de intuir nuestros gustos o aficiones.
Y es que estamos seguros de que a casi todo el mundo les ha pasado eso de hablar con un
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