Liderazgo feminista por un mundo más justo (Eva Navarro, 2019) es un artículo que nos hace reflexionar sobre cuál es la realidad que vivimos hoy en día y sobre cómo se estructura la sociedad actual con los importantes desafíos sociales que se la plantean.
Haciendo referencia a Aristófanes (s. V. d. C), el artículo comienza contextualizando con la historia de Lisístrata y la fábula de la administración del capital por las mujeres y la paradoja que existía al ser ellas las administradoras de la casa, pero no tenían la posibilidad de administrar las finanzas. En esta línea acabamos entendiendo que el capital es un componente fundamental en la cauda de guerras y desigualdades.
Después de esta crítica al capital la justicia social toma el contexto del grueso del artículo, con la acertada afirmación de Lisístrata en la que indica que "no hay justicia social si no se cuenta con las mujeres" enlaza la comedia ambientada en la Antigua Grecia con la toma del empoderamiento de la mujer con las multitudinarias oleadas de Spanish Revolution y el 15-M. "La revolución será feminista o no será".
Con estos enunciados protestantes se denunciaba entonces la falta de perspectiva feminista que existía en la Asamblea del 15-M lo cuál a nosotros nos hace llevarlo hasta el día de hoy en el partido político con representación parlamentaria y ejerciendo acciones de gobiernos en diferentes Ayuntamientos y entidades provinciales, Unidas Podemos. ¿Es, en la actualidad, el partido fraguado en el 15-M lo suficientemente feminista como lo marcan sus ideales?
Líneas posteriores la autora menciona a Kira Cochrane y a Alicia Miyares con su trabajo de investigación sobre la cuarta ola del feminismo que está teniendo lugar en la actualidad. Esta cuarta ola se caracteriza por tener esa conjetura de unión y por la transversalidad en todos los sesgos de participación de la persona, el trabajo, el ocio, la información...
De esta investigación ambas autoras resuelven en esta cuarta ola existe un feminismo burgués que rechaza por completo una historia del feminismo, tomando esta afirmación de las autoras de El tejido de la rebeldía de Julieta Paredes y Adriana Guzmán. Una postura que habla del feminismo como un síntoma de modernidad y que responde a una visión occidental y burguesa, dejando atrás años y años de lucha, Navarro menciona al olvido por ejemplo de Abya Yala.
Esta cuestión no la queremos dejar pasar por alto, no entendemos cómo en un tema tan sumamente trascendental como el feminismo pueda tener en la actualidad tantos sesgos entre la sociedad. Si el fin es el mismo, por qué diferentes maneras de predicar y de actuar, la unión hace la fuerza. Estos sesgos no es algo que sólo se promueva desde el activismo feminista ya que los partidos políticos lo hacen, se encasillan ellos mismos y hacen creer a la población que votando una u otra cosa, estás votando más o menos feminismo. A nosotros esto nos molesta en demasía, creemos que hay temas tan sumamente trascendentales, que hacer política con ello es una frivolización de las necesidades sociales de los individuos.
Queremos comentar también la referencia a los cambios en el poder o a las otras fórmulas de poder que la autora mediante citas y referencias propone para pasar del liderazgo a la auto-representación. Beard (2018) afirmaba que nuestra concepción de poder era “estrecha y elitista” y que lo concebimos como un objeto de propiedad de muy pocos, en su mayoría hombres. Algo que deja en un segundo plano a las mujeres en la mayoría de los casos como mero papel representativo. El cambio que propone Beard es algo así como separar el poder del prestigio público, pensar de una forma más colaborativa y que el poder pase a ser poder de los seguidores y no sólo de los líderes.
Entre otros ejemplos y referencias de diferentes autoras feministas, la mayoría de ellos se alinean con la resolución de la referente Abya Yala en la que la figura del líder poderoso debe desaparecer y dar paso a los grupos de portavoces y facilitadores, conocido como el Feminismo comunitario.
Finalmente, Navarro propone una serie de propuestas para mejorar la situación feminista y lograr un justo empoderamiento de la mujer, medidas que ambos cuatro vemos positivas y que en efecto serían de recibo llevar a cabo en esa contribución global al feminismo. Algunos ejemplos son la interrelación que se propone con otros movimientos sociales, el crear una conciencia colectiva sobre la problemática y la implicación de los hombres. Este último punto nos parece fundamental para la consecución finalmente de la igualdad entre hombres y mujeres.
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